¿Entrenas fuerte? Entonces deberías recuperar igual de fuerte. No hay nada mejor que el sauna para la recuperación muscular.
No es solo para “relajarse” como en un spa. Bien usado, es una de las mejores herramientas que tienes para acelerar tu recuperación, reducir el dolor muscular, mejorar tu rendimiento… y entrenar más duro mañana (ver todos nuestros entrenamientos).
¿Por qué el sauna ayuda a recuperar?
Cuando te expones al calor del sauna, el cuerpo responde como si estuvieras haciendo ejercicio:
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Aumenta el flujo sanguíneo (más nutrientes y oxígeno para tus músculos)
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Se activan las proteínas de choque térmico (HSP), que reparan tejidos
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Mejora la función mitocondrial y la regeneración muscular
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Disminuye la inflamación y reduce el dolor muscular
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Libera endorfinas (esas que te dejan zen después del sauna)
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Mejora la calidad del sueño, clave para recuperar de verdad
Y si usas el sauna justo después de entrenar… los beneficios se multiplican.
Cómo usar el sauna como un atleta
Olvídate del uso recreativo. Aquí hablamos de un protocolo de recuperación real.
Esto es lo que funciona:
✅ Cuándo:
Después del entrenamiento (idealmente dentro de la primera hora).
Puedes usarlo también en días de descanso activo.
✅ Cuánto tiempo:
20 a 30 minutos por sesión.
Puedes dividirlo en 2 bloques de 15 min si lo prefieres. Entre cada bloque: 5 min de enfriamiento (ducha, aire fresco, etc.).
✅ Cuántas veces por semana:
2 a 3 veces por semana es suficiente para recuperación.
En fases intensas de entrenamiento (preparación para competencia), puedes subir a 4x/semana.
✅ Temperatura ideal:
80°C a 90°C (176°F a 194°F).
Lo suficiente para sudar fuerte, pero sin llegar a marearte.
¿Con o sin ducha fría?
Depende del objetivo:
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Solo recuperación muscular → puedes enfriar suavemente (ducha fresca, no hielo).
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Buscas adaptaciones de rendimiento → mejor sin enfriamiento abrupto justo después del entrenamiento. El frío puede limitar algunas adaptaciones (fuerza, hipertrofia).
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En calor extremo o alta humedad → alternar sauna y ducha fría puede ayudar a aclimatarte y tolerar mejor el calor en competiciones.
Hidratación: obligatorio
En cada sesión puedes perder entre 0.5 a 1.5 L de sudor. Y eso no es solo agua, pierdes electrolitos también.
- Antes del sauna: bebe agua con una pizca de sal o electrolitos.
- Después: rehidrátate con agua + comida rica en minerales (aguacate, plátano, espinacas, nueces).
- Evita el alcohol o bebidas muy azucaradas.
Beneficio extra: mente más fuerte
El sauna no solo te repara el cuerpo, también te entrena la mente.
Aprender a respirar tranquilo mientras tu cuerpo quiere salir corriendo es una forma brutal de entrenar la resiliencia mental. Y como atleta, eso vale oro.
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Conclusión: Recupérate como un pro
Si entrenas como atleta, tienes que recuperar como atleta.
El sauna no es lujo, es una herramienta de recuperación seria. No lo subestimes.
Pruébalo dos veces por semana después de tus entrenos duros. Apuesta por la constancia. En pocas semanas, vas a sentir la diferencia: menos agujetas, más energía, mejor rendimiento.
Nosotros entrenamos fuerte, pero también recuperamos con inteligencia.
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